¿Qué le pasa al Herbalife Gran Canaria?

¿Qué le pasa al Herbalife Gran Canaria?

¿Qué le pasa al Herbalife Gran Canaria?

La opinión de Javi Alvarado

Una vez pasado un tiempo prudencial, los denominados primeros 100 días, que tanto gustan a los futboleros, intentaré explicar por qué, bajo mi punto de vista, no termina de funcionar esta temporada el Herbalife Gran Canaria.

No quiero parecer un “hater”.  No lo soy. Menos aún de mi propia casa, club que me vio nacer como profesional y al que sigo fervientemente cada semana como fan del baloncesto en Gran Canaria… Pero tampoco me pongo la venda en los ojos.

Y es que el equipo no arranca y lo que es peor aún, está generando cierta desafección, desilusión en algunos.

Cierto es que las expectativas de baloncesto en Gran Canaria con el GC Arena, el Mundobásquet y la Copa del rey eran muy altas y que probablemente hemos pasado a ser uno de los grandes de la categoría demasiado rápido, de la noche a la mañana, según mi criterio, sin el tiempo y el bagaje necesario para digerirlo.

A nuestras espaldas quedaron aquellas jornadas matutinas en “La Roca” con el rugir de una afición que se sentía imprescindible y que apretaba, lo que era necesario, para alcanzar los objetivos. Recuerdo perfectamente el ambiente entusiasta que se generaba por sus alrededores, como si del Estadio Insular se tratara… Eso se ha perdido, desde luego, pero se ha intentado suplir con buen marketing y con una marca “Granca” elevada a otra dimensión.

El debate cuasi político Pedro/Lucas, Lucas/Pedro, me aburre, me parece un debate cansino, estéril. Ambos tendrán sus motivos y razones para haberse enzarzado en un debate absurdo y que manchó, desde fuera, la imagen del club. Al fin y al cabo Pedro Martínez era un trabajador -con excelente trayectoria- y Lucas Bravo de Laguna el máximo responsable. El problema se genera cuando la mejora que se pretendía no llega y  empiezan, entre los aficionados más entendidos,  a surgir las críticas. Yo lo achaco a la confección de la plantilla.

¿Plantilla? ¡Plantilla! No jugadores, ¡Plantilla!

Atrás quedan los Moran, Savané, Klein… Y más recientemente, los Beirán, Rey, Guerra o Alvarado. Jugadores que por encima de sus números dotaban al grupo de una estabilidad, de los que hacían vestuario, con los que podías ir a cenar antes o después de un partido y compartir tu visión del equipo y ver conjuntamente dónde se podía mejorar. Profesionales implicados. Ya lo decía Gonzalo Martínez, los buenos equipos se hacen en la pista; los grandes, dentro y fuera de ésta.

Porque, no nos olvidemos, esto es un negocio, pero como en cualquier trabajo, el rendimiento aumenta si hay cohesión entre los trabajadores. Y aquí hemos pecado de ello, de sustituir lo esencial por lo comercial, cuando tal vez habría que complementarlo.

Los dirigentes han construido una plantilla con muy buenos nombres (“bring your game, not your name”) pero hasta día de hoy, -no todos- carentes de  ese espíritu característico y singular de lo nuestro, de nuestra idiosincrasia.

Haciendo un símil con el otro equipo representativo de la isla, la UD Las Palmas, ellos ya pasaron por esta etapa -no sé si ligada al cambio de estadio pero sí a una pérdida de identidad- y han sabido rectificar: líderes, generando ilusión y jugando con nueve canteranos cada tarde.

Como casi siempre se abren dos caminos: convertirnos en un equipo de 1ª fase Eurocup, de esos que tienen tres/cuatro buenos americanos interesados en sus números y que no juegan a nada, o cambiamos el juego, el estilo, el modelo… antes de que sea demasiado tarde y nos acabemos dando cuenta de que nunca fuimos tan grandes.

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“Sacando el cuero”
La opinión de Javi Alvarado
@jotapuntoapunto

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